Antes de empezar... esta historia está pensada más que para ser
leída, para ser contada de manera oral por un adulto a un niño. Es apta para
cualquier edad, y dada su sencillez se recomienda para niños de corta edad,
menores de 6 años.
Se recomienda a su vez que los adultos cambien la voz o realicen
algunos gestos en las partes que están destacadas.
Se propone lo siguiente:
Pero Tita, ¿ tú estás loca?: Zarandear
las manos alrededor de la cabeza, haciendo aspavientos.
Zaasss, zaasss: estirar
el brazo y recogerlo, simulando dar un gran paso con la mano.
Psss, psss: después de
emitir este sonido, sacar y mover la lengua imitando a la serpiente.
Chiqui, chiqui, chiqui: simular que la mano es una hormiga, y que los dedos son las
patitas. Avanzar y hacerle cosquillas al niño con los dedos.
Grandiosa, y poderosa, serpiente T: extender en alto un brazo al decir grandiosa, el otro brazo al
decir poderosa y agitar una vez ambos brazos al decir serpiente T. Poner mucho
énfasis en estas palabras.
Érase una vez una mañana como otra cualquiera en la que una
pequeña hormiguita que vivía en la selva se levantó, se acercó a su mamá y le
dijo:
- Buenos días, mamá.
- Buenos días hormiguita Tita - le contestó su mamá.
- Mamá, he decidido que me voy a ir a explorar la selva porque me
quiero hacer amiga de un león y de una serpiente.
- Pero Tita, ¿ tú estás loca? No te das cuenta de que el
león con su zarpa te hará zaaas zaaas zaaas ¿y te
comerá? Y la serpiente con su lengua hará pss psss ¿y también te comerá?- le
preguntó su mamá asustada.
- Noo, porque serán mis amigos. - contestó muy segura la
hormiguita Tita.
La mamá de la hormiguita Tita no se lo podía creer, cuando vio que
su hija salía toda decidida hacia la selva.
La hormiguita Tita caminó un buen rato y se encontró con muchos
animalitos... entre ellos un gusanito muy simpático, pero ni rastro de ningún
león ni de ninguna serpiente. Cuando de repente, oyó unos sollozos entre la
maleza. Alguien estaba llorando.
- Ayyyyyy, aaaaayyyyyy, snif, snif, aaaaayyyyy, pobrecito de mí,
aaaayyyyyy.
¿Quién será? Pensó la hormiguita Tita. Sea quien sea, está muy
triste, debería acercarme un poco a ver qué le pasa y si le puedo ayudar.
- Aaaayyyyy, aaaaayyy, snif, snif, aaaayyyy, pobrecito de mí,
aaaayyyyy - volvió a escuchar.
La hormiguita Tita se acercó hasta los matorrales y descubrió que
el animal que estaba llorando... era nada más y nada menos que... ¡un león!
La hormiguita Tita no se lo podía creer, ¡por fin había encontrado
a uno de los animales que andaba buscando! Así que se acercó a él y le dijo:
- Buenos días león. Soy la hormiguita Tita. ¿Tu cómo te llamas?
- Graaagh, gruagh, soy el león Tristón, graagh gruagh.
- Oye león Tristón... ¿por qué lloras?
- Soy el león Tristón y lloro porque no tengo amigos, graagh,
gruagh, todos los animalitos se asustan de mi, y se van cuando me ven. Seguro
que tu también te vas corriendo, gragh, gruagh, snif, snif, gruagh.
- ¡Anda! ¡Que suerte hemos tenido! Resulta que yo soy la
hormiguita Tita y me quiero hacer amiga de un león y de una serpiente - dijo
muy contenta la hormiguita Tita.
- Pero Tita, ¿estás loca? No te das cuenta de que soy un león y
con mi zarpa te haré zas, zas, zas y te
comeré? - dijo el león Tristón
- Noo -contestó ella- Porque seremos amigos.
- Ahora que ya soy amiga de un león... - dijo Tita - Solo me falta
hacerme amiga de una serpiente. ¿Tu no sabrás... por casualidad... donde puedo
encontrar una serpiente?
- Pues... la verdad es que sí. Conozco a la grandiosa y poderosa
serpiente S. - dijo el león Tristón. - Pero Tita... ¿no tienes miedo de que la
grandiosa, y poderosa, serpiente S haga pss pss con su lengua y te coma?
- Noo- contestó la hormiguita Tita - Porque seremos amigas.
Así que el león Tristón y la hormiguita Tita se fueron en busca de
la grandiosa y poderosa serpiente S. La hormiguita Tita, como era una hormiga,
daba pasos cortos y rápidos y hacía : "chiqui,
chiqui, chiqui" ; "chiqui, chiqui, chi" mientras que el león Tristón andaba: "zaaassss, zaaaasss, zaaaassss" y la
hormiguita "chiqui, chiqui, chiqui"
y el león "zaasss, zaaass, zaas".
Hasta que llegó un momento en el que la hormiguita Tita se cansó.
Y le dijo al león Tristón que no podía caminar más.
- No te preocupes hormiguita Tita. Súbete a mi lomo y yo te
llevaré - le dijo el león Tristón.
La hormiguita Tita muy contenta de haberse hecho amiga de un león
subió lentamente "chiqui, chiqui, chiqui"
por la pata del león tristón hasta que llegó a su cuello. Allí se acomodó entre
el pelaje del león Tristón.
El león comenzó a caminar, "zaassss,
zaaasss, zaaass" pero la hormiguita Tita no podía sujetarse bien, y
se movía de un lado a otro... "chiqui, chiqui, chiqui", "chiqui, chiqui,
chiqui" ¡haciéndole cosquillitas al león!
El león Tristón empezó a reírse, porque claro, su amiguita, la
hormiguita Tita... ¡le estaba haciendo cosquillas con las patitas!
Los animales de la selva no se lo podían creer. El león Tristón,
el mismísimo león Tristón que siempre lloraba porque no tenía amigos... ¡ahora
no paraba de reír y tenía una amiga nueva, una valiente hormiga, la hormiguita
Tita!
A los animales de la selva les gustaba mucho más el león Tristón
que se reía... porque ya no les daba tanto miedo.
Nuestros amigos siguieron avanzando por la selva hasta que de
repente, en un claro, se encontraron a la grandiosa,
y poderosa, serpiente S. Era una serpiente enorme, muy grande muy grande muy grande, la hormiguita Tita no se lo podía creer cuando la vio.
- ¡Mira, mira, león tristón! - le dijo- ahí hay una serpiente.
¿Esa es la grandiosa y poderosa... serpiente S? - preguntó la hormiguita Tita.
- Si, esa es Tita. - le dijo el león.
- Entonces... vamos a saludarla.
La hormiguita Tita se acercó al lugar donde se encontraba la
serpiente.
- Psss, pssss... ¿Quién osa
molestar a la grandiosa, y poderosa, serpiente S? psss, psss.
- Buenos días, soy la hormiguita Tita y quiero ser amiga de un
león y una serpiente. Este es mi amigo, el león Tristón. ¿Quieres ser mi amiga, grandiosa
y poderosa, serpiente S?- dijo la hormiguita Tita.
- Pero hormiguita... ¿tu estás loca? ¿No te das cuenta de que con
mi lengua, haré pssss, pssss y te
comeré? - dijo la serpiente S.
- Nooo, no lo harás... ¡porque seremos amigos! - contestó la
hormiguita Tita.
Y así fue como la hormiguita Tita por fin consiguió su sueño de
conocer a un león y a una serpiente, y juntos vivieron muchas aventuras.
Me gusta :D. Se lo contare a mi hijo.
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